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Cómo la computación de borde puede hacernos más resilientes en una crisis
Al trasladar el procesamiento informático de las ubicaciones centralizadas a los dispositivos locales, la informática de borde es más confiable en una crisis, dice VC Jalak Jobanputra.

Jalak Jobanputra es el fundador de FuturePerfect Ventures.
La “computación de borde” ha sidoanunciadoComo una forma de aumentar el acceso a la información en tiempo real y analizarla con mayor eficiencia. Pero en este momento de crisis de salud pública, debemos reconocer una oportunidad potencialmente significativa que estas tecnologías ofrecen, más allá de la eficiencia: la capacidad de la computación de borde para resistir una disrupción masiva.
Para entender por qué, conviene recordar qué implica la computación de borde. Estas tecnologías trasladan las cargas de trabajo informáticas al borde de las redes, trasladando la recopilación, el procesamiento y el almacenamiento de datos desde ubicaciones centrales (como servidores o la nube) a dispositivos individuales como los teléfonos móviles.
Ver también:Reconstruyendo la economía resiliente, con Anthony Pompliano
Esto es significativo debido al enorme aumento de la potencia de procesamiento observado en dispositivos que se encuentran lejos del centro de las redes. En 1965, Gordon Moore, cofundador de Intel, observó célebremente que el procesamiento informático se duplica cada dos años, mientras que el coste de esa potencia de procesamiento se reduce a la mitad en el mismo período. Los efectos de la Ley de Moore significan que nuestros teléfonos inteligentes ahora tienen más capacidad de procesamiento que las computadoras de la NASA cuando enviaron un hombre a la Luna. Esto, combinado con la consiguiente proliferación de datos, permite que nuestros dispositivos se vuelvan más inteligentes, así como que pongan información seleccionada a disposición de aplicaciones más centralizadas (como Uber o Instacart) de forma más eficiente.
Computación de borde durante el coronavirus
¿Qué implica esto para situaciones de emergencia como la pandemia actual? En tiempos de crisis, los sistemas de los que dependemos se someten a un examen minucioso. Los peligros ponen a prueba nuestra preparación, nuestra capacidad de improvisación y nuestra capacidad de actuar y pensar localmente. La globalización Tecnología de las últimas décadas ha generado un nivel de interconectividad sin precedentes, pero con ella ha surgido una vasta y compleja cadena de dependencias. El centro de control es incierto y, a menudo, se encuentra demasiado lejos del lugar donde se produce la crisis. Una perturbación del sistema ejerce presión sobre la cadena de suministro y revela la magnitud y la interrelación de estas dependencias. Se revelan vulnerabilidades ocultas y no hay una respuesta oportuna y eficaz.
Un shock en el sistema pone presión sobre la cadena de suministro y revela cuán extensas e interrelacionadas están estas dependencias.
La propagación de la COVID-19 ejemplifica este tipo de conmoción. Mientras el virus continúa multiplicándose en WAVES por todo el mundo, sus efectos se sienten en todos los sectores. Negocios de atención al cliente, como restaurantes, cerraron, lo que provocó la pérdida de empleos de millones de personas; las consecuencias se están extendiendo a los sectores financiero e inmobiliario, entre otros. La mayoría de los trabajadores que aún tienen empleo se ven obligados a teletrabajar, muchos de ellos con hijos cuyas escuelas también están cerradas, lo que sobrecarga las redes de telecomunicaciones y los servicios de reparto.
Interdependencias
Las cadenas de dependencia en nuestros sistemas económicos, financieros y tecnológicos se vieron socavadas mucho antes de que la pandemia se propagara globalmente. La situación se descontroló rápidamente a medida que todos se apresuraban a comprender los efectos, tanto a nivel micro como macro.
Para afrontar una crisis se necesita información, herramientas para analizarla en tiempo real y autonomía para actuar con rapidez y proactividad. La computación de borde fortalece los nodos locales de una red global proporcionándoles información de mejor calidad a mayor velocidad, además de mayor independencia en la toma de decisiones que afectan a su propio ecosistema.
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Imaginemos que cada ciudad de cada país tuviera acceso a sensores ambientales y datos de localización que, combinados con datos de diagnóstico obtenidos de otras regiones, pudieran identificar dónde los próximos casos tendrían una alta probabilidad de propagación comunitaria. Con información actualizada y una comunicación fiable sobre los próximos pasos y las mejores prácticas, nuestras empresas, familias y servicios esenciales podrían adaptarse mejor y compensar la presión sobre toda nuestra infraestructura.
Respuesta a la crisis
Como complemento a la nube, la computación en el borde proporciona mayor solidez y seguridad en las redes locales de todo el mundo. Estas infraestructuras locales pueden aliviar la presión sobre las complejas dependencias existentes y proporcionar mayor visibilidad de las mismas, lo que a su vez hace que el sistema en su conjunto sea más dinámico, flexible y resiliente. En un mundo que utiliza la computación en el borde,La respuesta a las crisis puede ser más rápida, más informada y, con suerte, más eficaz..
Hace cinco años, yoargumentóLas aplicaciones de esta tecnología nos prepararían no solo para una crisis, sino también para un mundo más conectado. Un sistema como este se basa en la participación detodosDe todas las razas, en todos los rincones del mundo, para lograr la red global más óptima y eficiente. No se trata solo del algoritmo, sino de lo que este nos permite hacer colectivamente, con nuestro corazón y nuestra mente. Si bien muchos han discutido el camino a seguir como un equilibrio entre eficiencia y resiliencia, creo que no tenemos que elegir gracias a las nuevas tecnologías.
Nota: Las opiniones expresadas en esta columna son las del autor y no necesariamente reflejan las de CoinDesk, Inc. o sus propietarios y afiliados.